DISCURSO ACTUAL Y CONTEXTO DEL DISCURSO ÉTICO Y CONTEMPORÁNEO
Según (Zamora, 2010) La ética del
discurso es cognitivista, en el sentido de que cree posible la fundamentación
de los juicios morales, esto es, postula racionalidad del ámbito práctico. Es
universalista porque los criterios han de aplicarse universalmente. Es
deontológica, en el sentido de que se abstrae de las cuestiones de la vida
buena, limitándose al caso de lo obligado o debido en términos de justicia de
las normas y formas de acción. A la ética discursiva también se le ha
caracterizado como formalista (Jiménez, 1998: 42-53) en el entendimiento de que
su principio regula un procedimiento de
resolución imparcial de conflictos, aunque en este sentido también se sostiene
que antes que de formalismo (Habermas, 1998: 100-102; Guariglia, 1992) debe caracterizarse
a la ética comunicativa como procedimentalista, ya que el formalismo ético
(Forschner, 1994: 118) consiste en afirmar que la ética sólo debe ocuparse de
las formas de las normas morales y el procedimentalismo, en cambio, introduce
en ella el diálogo, esto es, dialogiza la forma de las normas morales y otorga
a la ética la tarea de descubrir los procedimientos legitimadores (Cortina,
1992: 177-180). La ética discursiva se asume como heredera de la teoría
kantiana aunque va más allá tratando de superar los límites monológicos
implícitos en ella, e intenta mediante lo dialógico, mediante lo
intersubjetivamente justificable o desempeñarle la fundamentación de la
universalización de las normas correctas, donde vale la pena recalcar el hecho
de que la justificación que se da de las normas es en todo caso trascendental,
mediante una situación ideal de diálogo y no empírica como sería el caso de los
consensos fácticos.
(Michelini, 2003) La ética del
discurso se propone resolver dos cuestiones clave para toda teoría ética, a
saber: el problema de la fundamentación y el problema de la aplicación de las
normas. La tarea filosófica en la "parte A" de la ética del discurso
consiste en la fundamentación pragmático-trascendental, mediante una reflexión
estricta sobre los presupuestos irrebasables de la situación de argumentación,
del principio moral y de las normas fundamentales (por ejemplo, la igualdad de
derechos y de corresponsabilidad solidaria de todos los miembros de la
comunidad de argumentación) que constituyen las condiciones de posibilidad de
los discursos, así como la exigencia de la realización de los discursos
prácticos para la solución de todos los problemas y conflictos del mundo de la
vida.
La ética del
discurso sostiene que los seres humanos, en cuanto seres racionales y
razonables, no podemos renunciar a la competencia lingüístico-dialógica sin
lesionar nuestra propia dignidad. En el marco de la teoría de la
corresponsabilidad solidaria de la ética del discurso, la
"responsabilidad" es entendida como "capacidad de" y
"disposición para" aportar razones con el fin de fundamentar mis
acciones y decisiones frente a todos los demás, y también como "derecho a
cuestionar las razones de otros". En definitiva, se trata de una
comprensión radical de la responsabilidad: todo ser humano posee no sólo
responsabilidad para con los miembros de su propia comunidad sino también para
con todos los seres humanos.
La teoría
ética de Habermas indaga en el lenguaje y en las situaciones diversas de
comunicación entre las personas. Habermas estudia y enuncia una serie de
principios y reglas que deben darse en todo diálogo para que pueda
desarrollarse y concluir desde un interés moral mutuo. Un diálogo que sigue
dichos principios y reglas es un verdadero discurso moral, o simplemente
“discurso”, como lo llama, abreviando, Habermas. Por tanto, las normas del
“discurso”, tal como las concibe Habermas, son normas éticas a las que debemos
comprometernos para tender a una situación ideal de comunicación moral.
Resumimos dichas normas en los siguientes puntos:
- No se debe
excluir del diálogo a ninguna persona que manifieste tener intereses en el
problema sobre el que se dialogue.
- Una vez en
el diálogo todos los interesados tienen igual derecho a la palabra, sin ser
coaccionados cuando hablen.
- Ha de
comprobarse colectivamente que la conclusión o norma moral concreta a la que se
llegue después del diálogo sea asumida por todos los afectados. Es decir, que
todos los que tengan relación con la norma concreta acepten las consecuencias
de estar bajo la misma.
Habermas
piensa que estas condiciones ideales son importantísimas para construir
nuestras sociedades democráticas y plurales desde una fundamentación moral
sólida.
Reflexionando
sobre estas condiciones del discurso podemos comprobar que los valores de la
imparcialidad, la libertad y la igualdad, ligados al artificio mental de la
posición originaria en la ética de Rawls, también alientan en la comunicación o
diálogo ideal de la ética habermasiana del discurso.
Bibliografía
Michelini, D. J. (16 de febrero de 2003). Scielo.
Recuperado el 7 de noviembre de 2017, de
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-58112003001400015
Zamora, J. J. (23 de
junio de 2010). filosofíayderechos.com. Recuperado el 7 de noviembre
de 2017, de
http://www.seminariodefilosofiadelderecho.com/docencia1/humanos/CONTENIDOS/DDHH/teorias%20eticas%20contempor%C3%A1neas.htm